¿Qué es?

La hepatitis B es una infección vírica del hígado, que presenta un curso variable, lo que indica que los pacientes pueden presentar diversos síntomas y necesitar tratamientos diferentes. El virus de la hepatitis B (VHB) puede causar una enfermedad grave que suele solucionarse rápidamente, sin causar daños al hígado a largo plazo.

Sin embargo, en aproximadamente el 20% de los casos puede causar una enfermedad crónica que dura más de seis meses, incluso a veces de por vida, con síntomas que aparecen y desaparecen. Del 15% al 40% de los casos acaban siendo infecciones crónicas que provocan cirrosis, cáncer de hígado o insuficiencia hepática, por lo que la infección puede llegar a ser mortal.

¿Cómo puedo contraerla?

El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite generalmente por contacto con sangre infectada o líquidos corporales, además de transmitirse durante una relación sexual. Con tan solo una pequeña cantidad de sangre se puede transmitir el virus ya que es muy infecciosa. El virus también puede presentarse en la saliva, las secreciones vaginales, la leche materna y otros líquidos corporales.

Normalmente, la infección suele contagiarse durante una relación sexual sin protección además de por compartir agujas contaminadas entre usuarios de drogas, por lesiones accidentales con una aguja contaminada (por ejemplo, cuando se utilizan agujas contaminadas para realizar tatuajes o en la acupuntura) y por compartir maquinillas de afeitar.

¿Cómo sé si la he contraído?

Normalmente, no presenta síntomas, por lo que es importante realizarse pruebas con cierta regularidad. En caso de tener síntomas, estos pueden incluir, entre otros: cansancio, dolores, náuseas, vómitos, orina más oscura de lo habitual e ictericia.

Pruebas diagnósticas de la hepatitis B

En Better2Know puede realizarse una prueba de forma individual o dentro del paquete de análisis completo. Para realizar la prueba, es necesario tomar una muestra de sangre. Si lo desea, se puede utilizar esta misma muestra de sangre para realizar pruebas de diagnóstico de otras I.T.S.. Los resultados suelen estar disponibles el mismo día en que el laboratorio recibe la muestra.

¿Cómo se trata?

La mayoría de las personas con VHB no necesitan un tratamiento específico, basta con descansar y, con el tiempo se recuperan por completo.

Sin embargo, es importante realizar un seguimiento y control de la infección por si se desarrolla una enfermedad crónica, por lo que se ofrecen ciertos consejos al paciente sobre el riesgo de transmitir la infección. Si la infección dura más de seis meses (infección crónica, donde el virus continúa reproduciéndose activamente en el cuerpo) puede que sea necesario un tratamiento farmacológico específico para reducir el riesgo de daños permanentes al hígado (cirrosis) y el cáncer de hígado.

El médico particular le referirá a un especialista, ya sea a un hepatólogo en el caso de padecer una enfermedad hepática o a un gastroenterólogo en el caso de padecer una enfermedad digestiva. Puede que le recomienden un tratamiento denominado interferón o fármacos antivirales.

El interferón se administra en forma de inyecciones periódicas y ayuda a estimular el sistema inmunitario para combatir la infección. La respuesta al interferón es variable y algunas personas que inicialmente mejoran, vuelven a recaer o a empeorar cuando se interrumpe el tratamiento. En algunos casos, los efectos secundarios del interferón hacen que se interrumpa el tratamiento.

Actualmente, para tratar la hepatitis crónica, se emplean varios medicamentos antivirales diferentes, conocidos como análogos nucleósidicos. No la curan, pero sí eliminan el virus. Estos medicamentos también pueden tener efectos secundarios (aunque éstos no suelen ser tan serios como con el interferón) y el virus puede volverse resistente a ellos.

Consecuencias adversas

Si no se detecta y se trata a tiempo, el virus puede debilitar su sistema inmunitario lo que significa que estará más expuesto a contraer el VIH y otras E.T.S. a través de relaciones sexuales sin protección. También puede causar inflamación crónica del hígado y provocar cáncer de hígado. Si está embarazada, la comadrona podrá asesorarla para minimizar el riesgo de transmisión al bebé.

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